Te recomendamos: La antigua estación de FFCC nos ofrece varios espacios donde comer, ya sea en el interior del edificio de viajeros, o al aire libre bajo la amplia marquesina donde estacionaban los trenes, junto a algunos antiguos vagones que han sido restaurados; bien sea en el interior de alguno de estos vagones acondicionado como comedor con encanto. Raro será que no sucumbamos a degustar un flamenquín, un rabo de toro o una crema catalana casera o, al menos, a tomar un refrescante zumo de las sabrosas naranjas de la cercana vega del Guadalquivir. En la nave habilitada como museo del aceite, se ofrecen catas y desayunos molineros.